LAS MUJERES CIEGAS Y CON BAJA VISIÓN ALZAMOS NUESTRA VOZ POR UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA

Porque somos fuerza y sororidad

El 25 de noviembre conmemoramos el “DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER”, como una forma de honrar el cruel asesinato del que fueron víctimas tres activistas políticas, las hermanas Mirabal, en república dominicana, en el año 1960, durante la dictadura de Rafael L. Trujillo. Por esta razón, este no es un día de celebración, sino de reflexión sobre lo que actualmente tanto hombres como mujeres podemos hacer para contribuir a erradicar la violencia en nuestras familias, en nuestra comunidad, en los diferentes espacios de sociedad civil y en especial en las organizaciones de personas con discapacidad.

Proponemos generar acciones que contribuyan para que niñas y mujeres ciegas y con baja visión se empoderen, fortaleciéndose como mujeres capaces de decir no a la violencia, capaces de identificar sus distintas formas y denunciarlas con el respaldo de sus organizaciones.

Este año 2020, es un año atípico, es un año en el que la crisis de emergencia sanitaria que afecta a todo el mundo, mucho más en los países Latinoamericanos, países en los que podemos decir que las mujeres no solo son discriminadas por cuestiones de género y discapacidad sino que son discriminadas por ser pobres, por ser indígenas, por ser afrodescendientes, o por ser migrantes. La intersección de estos factores las hace más vulnerables agravando la discriminación que enfrentan.

Asimismo, podemos ver que el machismo es parte de la cultura popular, está tan arraigado en nuestra cultura, que es completamente natural que las mismas madres celebren en los niños actitudes machistas, estimulando el sometimiento de la mujer a la voluntad del hombre.

La violencia contra la mujer es una pandemia que afecta a mujeres y niñas en los países Latinoamericanos, en unos más que otros, pero podemos decir que es un virus que se ha instalado en nuestras culturas, que en muchos hogares se ha naturalizado de tal manera que es aceptado, incluso fortalecido o normalizado.

Desde la Unión Latinoamericana de Ciegos entendemos que es importante referirnos a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres ciegas y con baja visión en nuestros países. Sin duda la crisis actual generada por COVID-19, ha afectado gravemente a las mujeres durante los meses de confinamiento, muchas de ellas se han visto obligadas a convivir con sus agresores y han sido desprotegidas, no solo del amparo legal, sino también del cuidado en su salud sexual y reproductiva, debido al colapso de los sistemas sanitarios en la mayoría de los países.

La atención primaria en muchos casos se ha trasladado a la virtualidad sin tener en cuenta que estos espacios cumplan con criterios de accesibilidad para que mujeres y niñas ciegas o con baja visión puedan pedir ayuda, puedan denunciar, puedan encontrar una red de apoyo en la que sean rescatadas, acogidas y protegidas.

Las mujeres por lo general son responsables del cuidado de los niños, los adultos mayores y de personas con discapacidad cebera. Este rol también es cumplido por mujeres con discapacidad visual, sin embargo la sociedad no las ve así, porque ve su deficiencia sensorial y no le reconoce capacidades.

Debido a la crisis económica ocasionada por el confinamiento al que nos vimos obligados, mujeres organizadas en muchos barrios han preparado ollas comunes y conformaron  comités de salud comunitaria; lamentablemente las mujeres ciegas o con baja visión son discriminadas en estos movimientos, por el imaginario de que ellas no pueden realizar tareas como cocinar o servir los alimentos.

ULAC recuerda que las mujeres ciegas o con baja visión son madres, hijas, esposas o abuelas, trabajadoras o estudiantes, ciudadanas con capacidad de aportar al desarrollo sostenible de nuestra comunidad.

“Las mujeres ciegas y con baja visión de Latinoamérica alzamos nuestra voz exigiendo ser valoradas y respetadas, reconocidas como ciudadanas de pleno derecho con la fuerza y la capacidad para asumir cualquier rol que la vida nos depare.”