Porque los jóvenes con discapacidad visual de Latinoamérica nos movemos en el cambio.
En 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas designa el 12 de agosto como el día internacional de la juventud, buscando promover el rol de los jóvenes como esencial en los procesos de cambio. Siendo el lema en este año “El compromiso de la juventud para una acción mundial”.
Este 2020 nos encuentra atravesados por infinidad de emociones, sensaciones, desafíos y dificultades por resolver.
La pandemia por el COVID-19 dejó al desnudo las debilidades de los sistemas de salud, de educación, de seguridad social y de empleo en América Latina.
En todos nuestros países la mayor parte de los jóvenes con discapacidad vivimos en situaciones precarias, híper exigidos y con situaciones cambiantes a las que muchos estamos acostumbrados, pero que no dejan de afectar emocionalmente.
En esta realidad nosotros hemos estado en la primera línea de combate al COVID-19, brindando apoyo voluntario a adultos mayores, reinventando nuestras ya precarias formas de empleo, readaptándonos a una educación que históricamente nos ha excluido, tratando de sostener a nuestras familias.
La situación actual ha abierto una oportunidad, la tecnología, los formatos de empleo dinámicos y adaptados al cambio rápido, la educación a través de plataformas tecnológicas se parecen bastante a lo que los jóvenes con discapacidad visual debemos usar hace años para no quedar por fuera de la sociedad.
Estas ventajas comparativas que se presentan, esta plasticidad a las situaciones no podrá ser positiva si al colectivo de jóvenes con discapacidad visual no se nos apoya con políticas públicas que desde nuestros países puedan aplicarse para sortear las barreras a las que nos enfrentamos.
Cada vez que un dispositivo electrónico cuesta varios salarios mínimos y no es un elemento de lujo para nosotros, sino que es nuestra posibilidad de desarrollarnos en la educación, el empleo e incluirnos socialmente, quedamos por fuera.
Cada vez que las plataformas educativas no son desarrolladas de manera accesible, quedamos por fuera.
Cada vez que los Estados diseñan políticas de seguridad social y no se nos tiene en cuenta como destinatarios, ni en términos de acceso, quedamos por fuera.
Debemos de involucrarnos en las organizaciones, en los distintos movimientos y colectivos, buscando tener incidencia para la búsqueda de soluciones en nuestra realidad.
Jóvenes de Latinoamérica, les invitamos a asumir el compromiso de ser protagonistas en el cambio mundial, generando oportunidades para todas las personas jóvenes con discapacidad visual.