Las Mujeres, las Niñas, las Adolescentes y las Diversidades Latinoamericanas Ciegas y Con Baja Visión no podemos Seguir Siendo Invisibilizadas en los Datos Sobre Violencia
Porque somos fuerza y sororidad
25 de noviembre de 2021
La violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.
Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden experimentar violencia de género, hay mujeres y niñas que tienen una condición de vulnerabilidad que las expone mucho más a este flagelo, ellas son las niñas, las adolescentes y las mujeres adultas mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y desplazadas, las mujeres indígenas o mujeres, niñas y adolescentes con discapacidad, como es el caso de las mujeres, niñas, adolescentes y las diversidades ciegas y con baja visión de Latinoamérica.
La violencia machista que afecta a las mujeres y a las diversidades sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz y recuperación económica. Es claro que de esta crisis sanitaria que ha afectado a todo el mundo debemos realizar esfuerzos para que nadie se quede atrás, esto no podrá darse si primero no ponemos fin a la violencia.
Solo podremos poner fin a la violencia de género, si sinceramos la información sobre cuantas somos y donde estamos, la interseccionalidad que aumenta el grado de vulnerabilidad de una mujer y de las diversidades debe ser visible. Las mujeres y las diversidades con discapacidad están más expuestas a sufrir violencia de todo tipo y en muchos casos cuando llegan a los servicios sanitarios, policiales o judiciales no se registra su condición de discapacidad.
ULAC recomienda a los países Latinoamericanos que desde la planificación de programas o servicios para combatir este flagelo incluyan en los presupuestos criterios de accesibilidad que les permita ser inclusivos; para esto debemos ver a todas las mujeres y las diversidades con discapacidad como sujetos de derecho a ser valoradas y respetadas.
Se debe garantizar inversión pública para que los espacios de protección a mujeres víctimas de violencia, cuenten con todas las garantías de accesibilidad y usabilidad, así las mujeres ciegas o con baja visión pueden contar con estos recursos de apoyo.
Las mujeres y las diversidades, ciegas y con baja visión requieren que la información de todo tipo, incluida la información de los entornos, se de en formatos accesibles; en este sentido vemos que el Comité de la CEDAW en su recomendación número 18 recomienda a los Estados que tomen las medidas necesarias para que las mujeres con discapacidad gocen de igualdad de oportunidades en materia de educación y de empleo, servicios de salud y seguridad social y asegurar que puedan participar en todos los aspectos de la vida social y cultural. ULAC agrega a esta recomendación, “junto a los demás y con los demás”, no podemos seguir siendo segregadores creyendo que necesitan servicios diferenciados.
Si bien la violencia de género es generalizada, esta puede y debe prevenirse. Detener esta violencia comienza por creer en las sobrevivientes, adoptando enfoques integrales e inclusivos que aborden las causas fundamentales, transformen las normas sociales dañinas y empoderen a las mujeres, las niñas y las diversidades. Con servicios esenciales en los sectores policial, judicial, sanitario y educativo.
En tiempos de crisis las cifras de violencia aumentan considerablemente, este es el caso de Latinoamérica como vemos en la pandemia por COVID-19 y los desastres climáticos que cada vez más golpean a nuestra región.
Las mujeres, las niñas, las adolescentes y las diversidades con discapacidad, tienen más probabilidades de enfrentarse a situaciones de violencia.